El análisis químico del suelo es el más utilizado por los agricultores para demostrar la salud, la deficiencia de nutrientes, y la necesidad de fertilización según cada cultivo. El análisis físico del suelo también se usa en conjunto.
El análisis foliar es una herramienta muy importante para monitorear el equilibrio nutricional de la planta al permitir la corrección de la deficiencia provocada.