El vino es proveniente de la transformación de tejidos vegetales de un fruto a partir de la acción de microorganismos. Su composición está directamente relacionada con la ocurrencia de enómenos químicos. La uva se transforma en mosto, y éste en vino por medio de varias reacciones físicas, químicas y biológicas. Todos estos análisis son de extrema importancia desde la elaboración del vino hasta su embotellamiento, y son éstos los que definen las operaciones técnicas a ser realizadas, para evitar pérdidas durante la elaboración y la recuperación de los productos.